Interpretación de Campbell.(1)
León Campbell comienza cuestionando la visión más tradicional sobre las rebeliones andinas. Él sustenta que no es adecuado establecer mecánicamente una correlación simplista entre las distorsiones económicas y sociales y la rebelión producida en el ocaso del período colonial.
El tema que trata en el artículo antes citado es la relación entre la ideología de los rebeldes y la estructura organizativa de la insurrección, esto desde 1780 a 1782. El componente ideológico que más llama la atención es el renacimiento del mito de Inkarri; antiguo creador, que volvería para restaurar la justicia. La idea de una recuperación del pasado, de la mano de un Mesías llegó a su pico más alto a mediados del siglo XVIII. El mito de Inkarri fue mucho más aceptado por los pueblos quechua acaudillados por Túpac Amaru. Además que fue una causa del faccionalismo que se desarrolló entre los kataristas de La Paz (de origen Aymará) y los Quechua del Cuzco. Además, ambos grupos, se diferenciaban en otros aspectos: Túpac Amaru era miembro de la elite, pregonaba un “nacionalismo” neo- inca cuyo objetivo era reunir bajo su mando a todos los que no fueran españoles peninsulares. En cambio los Katari eran más radicales, populistas y separatistas. No eran de cuna noble y aspiraban a una suerte de liderazgo indígena comunal.
Campbell sitúa, como vimos, la rebelión en un marco ideológico (que tomaba ciertos elementos cristianos, se veía al inca como un equivalente de Jesús) andino. Para los rebeldes, los cambios temporales son vistos como pachacutis, similar al mito de Inkarri, donde tendrá lugar una especie de “recomenzar de los tiempos”. O sea que los carismáticos líderes como Juan Santos Atahualpa, Túpac Katari, Túpac Amaru, etc. se basaron en tradiciones y creencias que perduraron en el mundo andino para llevar a cabo sus acciones. Hasta tal punto que su onomástica “Katari” y “Amaru” hacen referencia, en quechua y aymará, a la serpiente (representante del mundo subterráneo).
Este autor, además, señala el carácter específico de las rebeliones. Aduce que las sesenta y seis rebeliones que se dieron en todo el Perú entre 1770 y 1780, parecen haber sido de “rutina”, es decir conflictos comunes como los que describe Taylor para México(2). Sin embargo, lo que causa confusión, es el hecho que Túpac Amaru diga que actúa bajo las órdenes del rey de España. Incluso habiéndose, él mismo, proclamado rey inca. Se cree que estos símbolos dualistas le adjudicaron más adeptos.
En suma, el dios cristiano, el rey español e Inkarri formaban un triunvirato. Existía un quiebre entre los aymará y los quechuas rebeldes. Sin mencionar que muchos indios no se unieron a la rebelión y se mantuvieron fieles a los españoles.
Verificación a través de las fuentes.
?Con respecto al documento N°1 (3) , Condorcanqui se autoproclama como;
“indio de sangre real, y tronco principal.”
Luego se manifiesta contra el mal gobierno, en ningún momento lo hace contra el rey:
“He determinado sacudir este yugo insoportable y contener el mal gobierno que experimentamos.”
También concuerda con la interpretación de Campbell que aduce que el objetivo de Condorcanqui era eliminar a los europeos y vivir en hermandad con el resto de las personas, incluyendo a los criollos:
“Solo siento de los paisanos criollos, a quienes ha sido mi animo no se les siga ningún perjuicio, sino que vivamos como hermanos y congregados en un cuerpo destruyendo a los europeos.”
Y más abajo agrega que su intención es
“el amparo, protección y conservación de los españoles criollos, de los mestizos, zambos e indios, y su tranquilidad, por ser todos paisanos y compatriotas, como nacidos en nuestras tierras y de un mismo origen de los naturales y haber padecido todos igualmente dichas opresiones y tiranías de los europeos.”
Además, como señala Campbell, Túpac Amaru no rechaza el cristianismo:
“...esta pretensión no se opone en lo más leve a nuestra sagrada religión católica.”
?En el documento N°2(4) encontramos ilustrada la contradicción, o el cambio de discurso de Túpac Amaru. Campbell sostiene que Condorcanqui es fiel al rey. Sin embargo, en este documento, lo reyes de España son tratados de usurpadores;
“...los reyes de castillas me han tenido usurpada la corona y dominio de mis gentes cerca de tres siglos...”
Cabe destacar que este documento es posterior al anterior y que también se halló un cuadro de Condorcanqui coronado.
?Documento N°3(5) . Con respecto a esta fuente, hay varias lecturas posibles, no considerándose aquí la una más adecuada que la otra. La fuente data de enero de 1779, o sea la fecha de las rebeliones de “rutina”, de los conflictos entre gobernados y gobernantes que aduce Campbell. Esto puede ser así debido a que no se ven intenciones subversivas y se reconoce la autoridad del virrey. Pero también se pueden ver inconvenientes con otras castas o indios, y un cierto desdén hacia los mestizos;
“ni en el dicho Bernal ni ninguno de los otros tres caciques que hay en él lo son ni sanguineidad o sucesión legítima, ni son indios netos, como debe ser, para ello si unos meros mestizos hechos por nombramiento del corregidor.”
Esto puede ser tomado como una expresión de la radicalidad de los Katari, en contraposición con lo inclusivo de Condorcanqui. Tomar esto taxativamente equivaldría a forzar los argumentos.
? El Documento N°4 (6) demuestra que no todos los indios estuvieron plegados a la rebelión;
“le prendieron (a Damasco Catari) en el pueblo de Mancha los indios de Pocoata, adonde le llevaron y han tenido preso una semana y los mismos le han conducido a esta real cárcel.”
Interpretación de Flores Galindo.(7)
Para este autor, es imperativo utilizar el término revolución para el caso de Túpac Amaru y el de Juan Santos Atahualpa. También aduce que estas dos rebeliones son una excepción con respecto a los simples motines que se registran en el siglo XVIII. Galindo afirma que Condorcanqui era revolucionario porque; deseaba romper los vínculos con España, revivir el imperio incaico, suprimir la alcabala, la mita, las grandes haciendas. Además de promover el libre comercio y el liderazgo de la elite incaica.
Galindo hace hincapié en el componente mesiánico, reflejado en su seudónimo Quechua. Además muestra una apropiación de rasgos católicos; es un Mesías muy similar a Jesús, existen analogías con el éxodo israelí para evitar la tiranía de faraón. También existe una analogía entre el Apocalipsis cristianos y los pachacutis incaicos.
Verificación a través de las fuentes.
En este caso no hay demasiado para contrastar con las fuentes. Sólo podemos decir que se ve un rasgo que podría interpretarse como revolucionario;
“...los reyes de castillas me han tenido usurpada la corona y dominio de mis gentes cerca de tres siglos...” (8)
También Condorcanqui intenta mostrarse como cristiano, pero no se ven reflejados en las fuentes disponibles los dichos de Galindo. Lo que no quita que aquellos se encuentren en documentos de los cuales no disponemos.
Interpretación de Larson.(9)
Este autor propone utilizar el concepto de economía moral para las insurrecciones andinas. Está claramente en contra al determinismo material. De este modo, generalmente, el peligro de las insurrecciones surge a raíz de una rotura inesperada de las reglas y costumbres aceptadas. Para el caso de los andes se vio amenazado el seguro de subsistencia. Parecería contradecirse a su otra afirmación que aduce que, aunque se vea amenazada la subsistencia no hay vinculaciones mecánicas entre la situación económica y la turbulencia social. En el caso de los andes, afirma, no se trata de una turba fácilmente manejable para demagogos o que reacciona automáticamente ante la explotación. Para apoyar sus argumentos, compara los casos de Chayanta (que se plegó) a la rebelión y Cochabamba (que no se plegó) por estar más aculturada.
Verificación a través de las fuentes.
Larson esta acertado, de acuerdo a mi opinión al menos, en que el malestar económico no es un causante automático del malestar social. Esto queda claro si vemos la buena situación económica de Condorcanqui. Aunque no debemos ser fanáticos y admitir que la fuente identifica a los problemas económicos, entre otros, como móviles de la rebelión:
“insoportables gabelas, tributos, piezas, lanzas, aduanas, alcabalas, estancos, catastros, diezmos, quintos...” (10)
Y agrega:
“...en nombre de Dios todopoderoso, ordenamos y mandamos que ninguna de las personas dichas pague ni obedezca en cosas alguna a los ministros europeos intrusos.”(11)
Interpretación de Morner y Treyes.(12)
Básicamente estos dos autores se preguntan si existió alguna correlación entre las características de las unidades espaciales y sus posturas con respecto a la rebelión tupamarista. Para lograr esto se basaron en 226 casos particulares, analizando 73 variables distintas. Llegaron a la conformación de un modelo que intenta averiguar si el liderazgo étnico es rebelde o fiel a la Corona, lo mismo con la comunidad. Hay casos en las cuales las comunidades son rebeldes y los líderes étnicos son leales, también se dieron casos inversos.
De este ultra detallado estudio se sacaron las siguientes conclusiones; los pueblos rebeldes tienen un promedio de 156 indios de hacienda y 38 forasteros, en contraste con 423 forasteros y 214 indios de hacienda para los pueblos leales a la Corona. Los pueblos rebeldes están situados en tierras más marginales y más altas que los leales. Además los pueblos rebeldes poseen, generalmente, un menor número de población en comparación con los leales. La rebelión se dio fundamentalmente en el antiguo collasullu del imperio inca, mientras que el Chinchasullu (más al norte que el anterior) es hostil a la rebelión. Por último destaca la importancia de la arriería como difusora de las rebeliones.
Verificación a través de las fuentes.
Los autores, como ya dijimos, estudiaron más de 200 casos. Con las fuentes que disponemos, encuentro prácticamente imposible refutar o avalar las ideas de los autores, intentar hacerlo sería forzar demasiado los argumentos.
Interpretación de Godoy.
Este autor realiza un estudio comparativo de tres movimientos que se dieron entre 1765 y 1781, momento que empezaron a ser aplicadas las reformas borbónicas. Los movimientos son; La Rebelión de los Barrios de Quito (1765), la Gran rebelión de Túpac Amaru (1780-1) y la rebelión de los Comuneros en Nueva Granada (1781). A diferencia de algunos de los autores vistos más arriba, Godoy asevera que estos tres movimientos son sólo rebeliones, no revoluciones. Ya que se hizo referencia a reavivar el imperio inca solo en contadas ocasiones. Y en las rebeliones de Quito y Socorro sólo fue una respuesta a las nuevas medidas reales. Sólo detecta rasgos de mesianismo en la rebelión de José Gabriel Condorcanqui, no así en la quiteña y en la de Nueva Granada, debido que en las últimas los indios eran minoría. Además estas últimas son más urbanas que rurales, solo a la tupamarista se la caracteriza por ser esencialmente rural. Solo la rebelión de Quito no tuvo antecedentes previos, es decir “un período de gestación.
Godoy señala, en contraposición a Stern, que la lucha de Juan Santos Atahualpa no era una rebelión ni una revolución, sino que era una lucha para no quedar bajo el dominio del imperio español. Es decir que la selva donde se escondía Atahualpa no era un territorio anexado al dominio colonial.
Este autor pone énfasis en que las rebeliones, si bien tuvieron varias causas, la más importante fueron las reformas borbónicas. De otra manera el mesianismo neo inca no hubiera sumado tantos adeptos.
Del mismo modo destaca la importancia de las rutas comerciales para propagar la rebelión, esto fue más difícil en Quito. En cambio la arriería Socorrina la llevo a Bogotá. Recordemos que el mismo Túpac Amaru era arriero y conocía las zonas y los caminos por los cuales se expandió la rebelión.
Otra variable utilizada por este autor son las relaciones de parentesco, muy visibles en las cúpulas de mando de los Amaru y de los Katari. En Quito y en Socorro se utilizaron alianzas no determinadas por el parentesco, se nota más bien un protocaudillismo.
Para finalizar, pone énfasis en el faccionalismo entre los aymará y los quechuas, tanto por sus dispares ideas, su rivalidad histórica (resistencia aymará ante la invasión inca en el período post-clásico), y su no coordinación militar en algunos episodios.
Verificación a través de las fuentes
Como ya señalamos anteriormente, en las fuentes casi no encontramos rasgos de mecanismo. Este podría llegar a verse en el hecho que se proclame rey y tache de usurpadores a los monarcas ibéricos. Pero si podemos observar de manera más clara, que los reclamos de Túpac Amaru aluden indirectamente a los gravosos impuestos como ya lo hemos citado. Sin embargo, aunque la fuente no lo diga en forma explicita, Túpac Amaru es un pachacuti que vino a “terminar con este yugo insoportable”. De ahí se coligue que esta providencialidad fue reforzada, como dice el autor, debido a la suba de impuestos.
También se ven las relaciones de parentesco en el caso de los Catari, donde el mando se fue delegando de hermano a hermano.
Interpretación de Stern.(13)
Este historiador es el principal defensor de la tesis que sostiene que existió una era de insurrecciones andinas entre 1720 y 1790. De las cuales destacan las de Juan Santos Atahualpa, la de Túpac Amaru, y la de Tomás Katari. Para Stern los movimientos que se dieron en el siglo XVIII no fueron meros motines como sostiene Galindo. Stern ve una seguidilla de hechos que llegan a su clímax, a su punto máximo, bajo el liderazgo de Amaru y Katari.
Además defiende la tesis del no aislamiento del movimiento de Juan Santos Atahualpa, destaca algunos de sus logros militares frente a las milicias españolas y argumenta que su movimiento no logro el éxito final debido a que había montado una gran maquinaria de “inteligencia estatal” en la zona.
Asimismo alega que Tarma y Jauja, al sur del Perú, estuvieron más convulsionadas de lo que se cree. Y que sus poblaciones no se pasaron al bando rebelde debido a la temprana presencia militar realista en la zona.
También destaca el papel fundamental del mito del inca - salvador. Este perduró hasta el siglo XIX, Castelli (el “patriota” de la revolución de Mayo) fue visto como un inca - salvador.
Verificación a través de las fuentes.
En primer lugar, el documento N°4 (14) muestra, en favor de Stern, que algunos de los hechos previos a la Gran rebelión de Túpac Amaru fueron de importancia, por ejemplo el líder indígena Tomás Catari que se levantó contra el gobierno virreinal español en 1779, exigiendo una rebaja del tributo de los indios. Fue atrapado por los españoles, pero sus hermanos Dámaso y Nicolás extendieron la revuelta indígena y lograron liberarle;
“...pasando a pedir la persona de Tomás Catari, que suponían tenía preso (el corregidor) dentro de una arca, y desengañaría haciéndoles verdadera relación con los papeles conseguidos en Buenos Aires; y a este efecto presento el confesante(o sea el corregidor apresado), pidiendo la libertad; y, como no la conseguían y creyeron que el corregidor les ocultaba, se alborotaron, y corriendo la voz, se encaminaron a la plaza, de que tuvo principio el motín, sucediendo muchas muertes de una y otra parte.”
El debate esta planteado claramente, si se interpreta lo citado arriba como un “motín normal” o si constituye un hecho conectado con la coyuntura de los demás movimientos. En el primer caso sería correcta la idea de la “era de las insurrecciones” de Stern. Aunque también es cierto que lo citado podría encajar con las rebeliones de Taylor; violentas pero fáciles de desarticular. Sin estar completamente de acuerdo con Stern, creemos que la rebelión de los Catari no fue un motín “normal”.
NOTAS.
1. Campbell, L. (1990), “Ideología y fraccionalismo durante la gran rebelión . 1780-1782.”, en Stern, S. Resistencia, rebelión y conciencia campesina en los andes. Siglos XVIII al XX, Lima . IEP, pp. 118-139.
2. Taylor., op. Cit.
3. José Gabriel Túpac Amaru, “Edicto para las provincias de Chichas.”. AGN-sección gobierno- Tribunales Leg. 181m. Exp. 29, copia, en Pedro de Angelis , Colección de las obras y documentos relativos a la historia Antigua y moderna del Río de la Plata, Tomo VII, “Documentos para la historia de la sublevación de José Gabriel Túpac Amaru”, Buenos Aires, plus ultra, 1971, pp.id., pp. 272 y 273.
4. “Bando que se encontró en los papeles de Túpac Amaru”. En AGN div. Colonia –sección gobierno- Tribunales Leg. 181m . Exp. 29, copia, en id., pp. 517-518.
5. “Petición de Tomás Catari al virrey, de los primeros días de enero de 1779.” Idem. Pp. 801-804.
6. Confesión y sentencia de Damasco Catari, principal de la sublevación de la provincia de Chayanta”. Idem. 679. 704.
7. Flores Galindo, A. (1993), Buscando un inca. Identidad y utopía en los andes, México, Grijalbo.
8.Doc. N°2.(De Angeliz, op. Cit. Pp.517.518.
9. Larson, B.”Explotación y economía moral en los andes del sur andino: hacia una reconsideración crítica”. En Moreno, Segundo, Frank (comp.) Reproducción y transformación de las sociedades andinas, siglos XVI_XX, Quito, Abya-yala/mlal, tomo II, pp. 441.479.
10. doc. 2.
11.Idem.
12.Morner.
13Stern, S. (1990) , “La era de la insurrecciones andina, 1742, 1782,; una reinterpretación.” En Stern, S. Resistencia..., op. Cit. Pp. 50. 96.
14 “confesión y sentencia de damasco Catari, principal de la sublevación de la provincia de Chayanta”. En De Angelis, op. Cit.
AUTOR: EMILIO TOMASSINI (2006)
El tema que trata en el artículo antes citado es la relación entre la ideología de los rebeldes y la estructura organizativa de la insurrección, esto desde 1780 a 1782. El componente ideológico que más llama la atención es el renacimiento del mito de Inkarri; antiguo creador, que volvería para restaurar la justicia. La idea de una recuperación del pasado, de la mano de un Mesías llegó a su pico más alto a mediados del siglo XVIII. El mito de Inkarri fue mucho más aceptado por los pueblos quechua acaudillados por Túpac Amaru. Además que fue una causa del faccionalismo que se desarrolló entre los kataristas de La Paz (de origen Aymará) y los Quechua del Cuzco. Además, ambos grupos, se diferenciaban en otros aspectos: Túpac Amaru era miembro de la elite, pregonaba un “nacionalismo” neo- inca cuyo objetivo era reunir bajo su mando a todos los que no fueran españoles peninsulares. En cambio los Katari eran más radicales, populistas y separatistas. No eran de cuna noble y aspiraban a una suerte de liderazgo indígena comunal.
Campbell sitúa, como vimos, la rebelión en un marco ideológico (que tomaba ciertos elementos cristianos, se veía al inca como un equivalente de Jesús) andino. Para los rebeldes, los cambios temporales son vistos como pachacutis, similar al mito de Inkarri, donde tendrá lugar una especie de “recomenzar de los tiempos”. O sea que los carismáticos líderes como Juan Santos Atahualpa, Túpac Katari, Túpac Amaru, etc. se basaron en tradiciones y creencias que perduraron en el mundo andino para llevar a cabo sus acciones. Hasta tal punto que su onomástica “Katari” y “Amaru” hacen referencia, en quechua y aymará, a la serpiente (representante del mundo subterráneo).
Este autor, además, señala el carácter específico de las rebeliones. Aduce que las sesenta y seis rebeliones que se dieron en todo el Perú entre 1770 y 1780, parecen haber sido de “rutina”, es decir conflictos comunes como los que describe Taylor para México(2). Sin embargo, lo que causa confusión, es el hecho que Túpac Amaru diga que actúa bajo las órdenes del rey de España. Incluso habiéndose, él mismo, proclamado rey inca. Se cree que estos símbolos dualistas le adjudicaron más adeptos.
En suma, el dios cristiano, el rey español e Inkarri formaban un triunvirato. Existía un quiebre entre los aymará y los quechuas rebeldes. Sin mencionar que muchos indios no se unieron a la rebelión y se mantuvieron fieles a los españoles.
Verificación a través de las fuentes.
?Con respecto al documento N°1 (3) , Condorcanqui se autoproclama como;
“indio de sangre real, y tronco principal.”
Luego se manifiesta contra el mal gobierno, en ningún momento lo hace contra el rey:
“He determinado sacudir este yugo insoportable y contener el mal gobierno que experimentamos.”
También concuerda con la interpretación de Campbell que aduce que el objetivo de Condorcanqui era eliminar a los europeos y vivir en hermandad con el resto de las personas, incluyendo a los criollos:
“Solo siento de los paisanos criollos, a quienes ha sido mi animo no se les siga ningún perjuicio, sino que vivamos como hermanos y congregados en un cuerpo destruyendo a los europeos.”
Y más abajo agrega que su intención es
“el amparo, protección y conservación de los españoles criollos, de los mestizos, zambos e indios, y su tranquilidad, por ser todos paisanos y compatriotas, como nacidos en nuestras tierras y de un mismo origen de los naturales y haber padecido todos igualmente dichas opresiones y tiranías de los europeos.”
Además, como señala Campbell, Túpac Amaru no rechaza el cristianismo:
“...esta pretensión no se opone en lo más leve a nuestra sagrada religión católica.”
?En el documento N°2(4) encontramos ilustrada la contradicción, o el cambio de discurso de Túpac Amaru. Campbell sostiene que Condorcanqui es fiel al rey. Sin embargo, en este documento, lo reyes de España son tratados de usurpadores;
“...los reyes de castillas me han tenido usurpada la corona y dominio de mis gentes cerca de tres siglos...”
Cabe destacar que este documento es posterior al anterior y que también se halló un cuadro de Condorcanqui coronado.
?Documento N°3(5) . Con respecto a esta fuente, hay varias lecturas posibles, no considerándose aquí la una más adecuada que la otra. La fuente data de enero de 1779, o sea la fecha de las rebeliones de “rutina”, de los conflictos entre gobernados y gobernantes que aduce Campbell. Esto puede ser así debido a que no se ven intenciones subversivas y se reconoce la autoridad del virrey. Pero también se pueden ver inconvenientes con otras castas o indios, y un cierto desdén hacia los mestizos;
“ni en el dicho Bernal ni ninguno de los otros tres caciques que hay en él lo son ni sanguineidad o sucesión legítima, ni son indios netos, como debe ser, para ello si unos meros mestizos hechos por nombramiento del corregidor.”
Esto puede ser tomado como una expresión de la radicalidad de los Katari, en contraposición con lo inclusivo de Condorcanqui. Tomar esto taxativamente equivaldría a forzar los argumentos.
? El Documento N°4 (6) demuestra que no todos los indios estuvieron plegados a la rebelión;
“le prendieron (a Damasco Catari) en el pueblo de Mancha los indios de Pocoata, adonde le llevaron y han tenido preso una semana y los mismos le han conducido a esta real cárcel.”
Interpretación de Flores Galindo.(7)
Para este autor, es imperativo utilizar el término revolución para el caso de Túpac Amaru y el de Juan Santos Atahualpa. También aduce que estas dos rebeliones son una excepción con respecto a los simples motines que se registran en el siglo XVIII. Galindo afirma que Condorcanqui era revolucionario porque; deseaba romper los vínculos con España, revivir el imperio incaico, suprimir la alcabala, la mita, las grandes haciendas. Además de promover el libre comercio y el liderazgo de la elite incaica.
Galindo hace hincapié en el componente mesiánico, reflejado en su seudónimo Quechua. Además muestra una apropiación de rasgos católicos; es un Mesías muy similar a Jesús, existen analogías con el éxodo israelí para evitar la tiranía de faraón. También existe una analogía entre el Apocalipsis cristianos y los pachacutis incaicos.
Verificación a través de las fuentes.
En este caso no hay demasiado para contrastar con las fuentes. Sólo podemos decir que se ve un rasgo que podría interpretarse como revolucionario;
“...los reyes de castillas me han tenido usurpada la corona y dominio de mis gentes cerca de tres siglos...” (8)
También Condorcanqui intenta mostrarse como cristiano, pero no se ven reflejados en las fuentes disponibles los dichos de Galindo. Lo que no quita que aquellos se encuentren en documentos de los cuales no disponemos.
Interpretación de Larson.(9)
Este autor propone utilizar el concepto de economía moral para las insurrecciones andinas. Está claramente en contra al determinismo material. De este modo, generalmente, el peligro de las insurrecciones surge a raíz de una rotura inesperada de las reglas y costumbres aceptadas. Para el caso de los andes se vio amenazado el seguro de subsistencia. Parecería contradecirse a su otra afirmación que aduce que, aunque se vea amenazada la subsistencia no hay vinculaciones mecánicas entre la situación económica y la turbulencia social. En el caso de los andes, afirma, no se trata de una turba fácilmente manejable para demagogos o que reacciona automáticamente ante la explotación. Para apoyar sus argumentos, compara los casos de Chayanta (que se plegó) a la rebelión y Cochabamba (que no se plegó) por estar más aculturada.
Verificación a través de las fuentes.
Larson esta acertado, de acuerdo a mi opinión al menos, en que el malestar económico no es un causante automático del malestar social. Esto queda claro si vemos la buena situación económica de Condorcanqui. Aunque no debemos ser fanáticos y admitir que la fuente identifica a los problemas económicos, entre otros, como móviles de la rebelión:
“insoportables gabelas, tributos, piezas, lanzas, aduanas, alcabalas, estancos, catastros, diezmos, quintos...” (10)
Y agrega:
“...en nombre de Dios todopoderoso, ordenamos y mandamos que ninguna de las personas dichas pague ni obedezca en cosas alguna a los ministros europeos intrusos.”(11)
Interpretación de Morner y Treyes.(12)
Básicamente estos dos autores se preguntan si existió alguna correlación entre las características de las unidades espaciales y sus posturas con respecto a la rebelión tupamarista. Para lograr esto se basaron en 226 casos particulares, analizando 73 variables distintas. Llegaron a la conformación de un modelo que intenta averiguar si el liderazgo étnico es rebelde o fiel a la Corona, lo mismo con la comunidad. Hay casos en las cuales las comunidades son rebeldes y los líderes étnicos son leales, también se dieron casos inversos.
De este ultra detallado estudio se sacaron las siguientes conclusiones; los pueblos rebeldes tienen un promedio de 156 indios de hacienda y 38 forasteros, en contraste con 423 forasteros y 214 indios de hacienda para los pueblos leales a la Corona. Los pueblos rebeldes están situados en tierras más marginales y más altas que los leales. Además los pueblos rebeldes poseen, generalmente, un menor número de población en comparación con los leales. La rebelión se dio fundamentalmente en el antiguo collasullu del imperio inca, mientras que el Chinchasullu (más al norte que el anterior) es hostil a la rebelión. Por último destaca la importancia de la arriería como difusora de las rebeliones.
Verificación a través de las fuentes.
Los autores, como ya dijimos, estudiaron más de 200 casos. Con las fuentes que disponemos, encuentro prácticamente imposible refutar o avalar las ideas de los autores, intentar hacerlo sería forzar demasiado los argumentos.
Interpretación de Godoy.
Este autor realiza un estudio comparativo de tres movimientos que se dieron entre 1765 y 1781, momento que empezaron a ser aplicadas las reformas borbónicas. Los movimientos son; La Rebelión de los Barrios de Quito (1765), la Gran rebelión de Túpac Amaru (1780-1) y la rebelión de los Comuneros en Nueva Granada (1781). A diferencia de algunos de los autores vistos más arriba, Godoy asevera que estos tres movimientos son sólo rebeliones, no revoluciones. Ya que se hizo referencia a reavivar el imperio inca solo en contadas ocasiones. Y en las rebeliones de Quito y Socorro sólo fue una respuesta a las nuevas medidas reales. Sólo detecta rasgos de mesianismo en la rebelión de José Gabriel Condorcanqui, no así en la quiteña y en la de Nueva Granada, debido que en las últimas los indios eran minoría. Además estas últimas son más urbanas que rurales, solo a la tupamarista se la caracteriza por ser esencialmente rural. Solo la rebelión de Quito no tuvo antecedentes previos, es decir “un período de gestación.
Godoy señala, en contraposición a Stern, que la lucha de Juan Santos Atahualpa no era una rebelión ni una revolución, sino que era una lucha para no quedar bajo el dominio del imperio español. Es decir que la selva donde se escondía Atahualpa no era un territorio anexado al dominio colonial.
Este autor pone énfasis en que las rebeliones, si bien tuvieron varias causas, la más importante fueron las reformas borbónicas. De otra manera el mesianismo neo inca no hubiera sumado tantos adeptos.
Del mismo modo destaca la importancia de las rutas comerciales para propagar la rebelión, esto fue más difícil en Quito. En cambio la arriería Socorrina la llevo a Bogotá. Recordemos que el mismo Túpac Amaru era arriero y conocía las zonas y los caminos por los cuales se expandió la rebelión.
Otra variable utilizada por este autor son las relaciones de parentesco, muy visibles en las cúpulas de mando de los Amaru y de los Katari. En Quito y en Socorro se utilizaron alianzas no determinadas por el parentesco, se nota más bien un protocaudillismo.
Para finalizar, pone énfasis en el faccionalismo entre los aymará y los quechuas, tanto por sus dispares ideas, su rivalidad histórica (resistencia aymará ante la invasión inca en el período post-clásico), y su no coordinación militar en algunos episodios.
Verificación a través de las fuentes
Como ya señalamos anteriormente, en las fuentes casi no encontramos rasgos de mecanismo. Este podría llegar a verse en el hecho que se proclame rey y tache de usurpadores a los monarcas ibéricos. Pero si podemos observar de manera más clara, que los reclamos de Túpac Amaru aluden indirectamente a los gravosos impuestos como ya lo hemos citado. Sin embargo, aunque la fuente no lo diga en forma explicita, Túpac Amaru es un pachacuti que vino a “terminar con este yugo insoportable”. De ahí se coligue que esta providencialidad fue reforzada, como dice el autor, debido a la suba de impuestos.
También se ven las relaciones de parentesco en el caso de los Catari, donde el mando se fue delegando de hermano a hermano.
Interpretación de Stern.(13)
Este historiador es el principal defensor de la tesis que sostiene que existió una era de insurrecciones andinas entre 1720 y 1790. De las cuales destacan las de Juan Santos Atahualpa, la de Túpac Amaru, y la de Tomás Katari. Para Stern los movimientos que se dieron en el siglo XVIII no fueron meros motines como sostiene Galindo. Stern ve una seguidilla de hechos que llegan a su clímax, a su punto máximo, bajo el liderazgo de Amaru y Katari.
Además defiende la tesis del no aislamiento del movimiento de Juan Santos Atahualpa, destaca algunos de sus logros militares frente a las milicias españolas y argumenta que su movimiento no logro el éxito final debido a que había montado una gran maquinaria de “inteligencia estatal” en la zona.
Asimismo alega que Tarma y Jauja, al sur del Perú, estuvieron más convulsionadas de lo que se cree. Y que sus poblaciones no se pasaron al bando rebelde debido a la temprana presencia militar realista en la zona.
También destaca el papel fundamental del mito del inca - salvador. Este perduró hasta el siglo XIX, Castelli (el “patriota” de la revolución de Mayo) fue visto como un inca - salvador.
Verificación a través de las fuentes.
En primer lugar, el documento N°4 (14) muestra, en favor de Stern, que algunos de los hechos previos a la Gran rebelión de Túpac Amaru fueron de importancia, por ejemplo el líder indígena Tomás Catari que se levantó contra el gobierno virreinal español en 1779, exigiendo una rebaja del tributo de los indios. Fue atrapado por los españoles, pero sus hermanos Dámaso y Nicolás extendieron la revuelta indígena y lograron liberarle;
“...pasando a pedir la persona de Tomás Catari, que suponían tenía preso (el corregidor) dentro de una arca, y desengañaría haciéndoles verdadera relación con los papeles conseguidos en Buenos Aires; y a este efecto presento el confesante(o sea el corregidor apresado), pidiendo la libertad; y, como no la conseguían y creyeron que el corregidor les ocultaba, se alborotaron, y corriendo la voz, se encaminaron a la plaza, de que tuvo principio el motín, sucediendo muchas muertes de una y otra parte.”
El debate esta planteado claramente, si se interpreta lo citado arriba como un “motín normal” o si constituye un hecho conectado con la coyuntura de los demás movimientos. En el primer caso sería correcta la idea de la “era de las insurrecciones” de Stern. Aunque también es cierto que lo citado podría encajar con las rebeliones de Taylor; violentas pero fáciles de desarticular. Sin estar completamente de acuerdo con Stern, creemos que la rebelión de los Catari no fue un motín “normal”.
NOTAS.
1. Campbell, L. (1990), “Ideología y fraccionalismo durante la gran rebelión . 1780-1782.”, en Stern, S. Resistencia, rebelión y conciencia campesina en los andes. Siglos XVIII al XX, Lima . IEP, pp. 118-139.
2. Taylor., op. Cit.
3. José Gabriel Túpac Amaru, “Edicto para las provincias de Chichas.”. AGN-sección gobierno- Tribunales Leg. 181m. Exp. 29, copia, en Pedro de Angelis , Colección de las obras y documentos relativos a la historia Antigua y moderna del Río de la Plata, Tomo VII, “Documentos para la historia de la sublevación de José Gabriel Túpac Amaru”, Buenos Aires, plus ultra, 1971, pp.id., pp. 272 y 273.
4. “Bando que se encontró en los papeles de Túpac Amaru”. En AGN div. Colonia –sección gobierno- Tribunales Leg. 181m . Exp. 29, copia, en id., pp. 517-518.
5. “Petición de Tomás Catari al virrey, de los primeros días de enero de 1779.” Idem. Pp. 801-804.
6. Confesión y sentencia de Damasco Catari, principal de la sublevación de la provincia de Chayanta”. Idem. 679. 704.
7. Flores Galindo, A. (1993), Buscando un inca. Identidad y utopía en los andes, México, Grijalbo.
8.Doc. N°2.(De Angeliz, op. Cit. Pp.517.518.
9. Larson, B.”Explotación y economía moral en los andes del sur andino: hacia una reconsideración crítica”. En Moreno, Segundo, Frank (comp.) Reproducción y transformación de las sociedades andinas, siglos XVI_XX, Quito, Abya-yala/mlal, tomo II, pp. 441.479.
10. doc. 2.
11.Idem.
12.Morner.
13Stern, S. (1990) , “La era de la insurrecciones andina, 1742, 1782,; una reinterpretación.” En Stern, S. Resistencia..., op. Cit. Pp. 50. 96.
14 “confesión y sentencia de damasco Catari, principal de la sublevación de la provincia de Chayanta”. En De Angelis, op. Cit.
AUTOR: EMILIO TOMASSINI (2006)
A mí me gusta América. Nómbreme otra sociedad que haya pasado de la barbarie a la decadencia sin molestarse en crear una civilización entre medias.
ResponderEliminarjajajaja.