domingo, 22 de noviembre de 2009

Zeberio, B. “La situación de los chacareros arrendatarios en la Pampa Humeda, una discusión inacabada”

Reseña bibliográfica (POR EMILIO JAVIER TOMASSINI)
→ Zeberio, B. “La situación de los chacareros arrendatarios en la Pampa Humeda, una discusión inacabada”, en Mandrini; R. y Reguera, A. (Comp.), Huellas en la tierra, indios, agricultores y hacendados en la pampa bonaerense, IEHS, Tandil, 1993.

Historiográficamente podemos situar la polémica que se plantea el texto como un corolario provisional de una actualización o renovación de la historia rural del período 1880- 1930. Esta tendencia de la que el escrito forma parte, tiene como idea principal “poner a prueba” ciertas tesis consideradas verdaderas en el campo historiográfico, contrastándolas de manera empírica. Algunas de las principales ideas discutidas son las siguientes:
► La pretendida oposición entre propietarios y arrendatarios.
► Homogeneidad de la región pampeana.
► La dicotomía entre el campo modernizado y el campo “atrasado”.
► La dicotomía urbano- rural.
Zeberio trata especialmente el primero de estos ítems en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires. La autora intenta refutar y matizar, fundamentalmente, la representación que muestra a los arrendatarios como victimas de los propietarios y del sistema de tenencia de la tierra. Esta tesis alude a que dada la concentración de la propiedad de tierra en pocas manos, los arrendatarios no pudieron adquirir tierras propias y se veían obligados a trabajar para un terrateniente. De esta tesis central se coliguen otras secundarias que Zeberio también ataca, por ejemplo: que el sistema de arrendamiento desalentaba la inversión técnica, cosa que supuestamente no sucedía en tierras trabajadas directamente por sus propietarios. Otra idea refutada por Zeberio reza que los arrendatarios eran errantes que no podían arraigarse a la tierra y al pago. Por último, el supuesto que los campos en arriendo solamente se utilizaban para la producción agrícola.
Para apoyar sus argumentos utiliza como fuente un relevamiento de chacras y estancias, documentos que permiten saber, entre otras cosas, el número de arrendatarios y propietarios, tipo de producción a la que se dedicaba cada explotación, inversión en maquinaria agrícola, duración de los contratos de arrendamientos, etc. El argumento de la autora se podría sintetizar de la siguiente manera: Si bien la propiedad de la tierra no es nada democrática, la tenencia puede serlo. Solo que los arrendatarios, según la Zeberio, no necesariamente tenían como objetivo transformarse en propietarios, sino que muchos de ellos eran verdaderos capitalistas del campo. Es decir socios de los propietarios, aunque cabe aclarar que el universo de los arrendatarios es muy amplio. Sin embargo, cerca de la mitad de ellos rentan tierras de más de 250 hectáreas, es decir terrenos considerados medianos. Con respecto a la supuesta desinversión que traería el arrendamiento, Zeberio encuentra patrones similares de tecnificación entre propietarios y arrendatarios. Incluso estos últimos parecerían sacar una ventaja en la inversión de maquinaria agrícola. También discute la postura que habla de la inestabilidad del arrendatario. Si bien hay un amplio abanico de casos, más del 40 % de ellos tenía una estabilidad mayor a cinco años. Por último, la historiadora marca que muchos arrendatarios combinaron la agricultura con la ganadería y la cría de animales de corral.
En suma, debemos rendirnos a las evidencias y entender la complejidad del mundo rural bonaerense, que no admite generalizaciones fáciles: por ende no es correcta la idea de que todos los arrendatarios eran mártires sojuzgados por los grandes propietarios.
AUTOR: EMILIO JAVIER TOMASSINI

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