1. Introducción; variables a tener en cuenta
En el presente trabajo intentaremos comparar las cuatro sociedades siguientes; Brasil, Cuba, Perú, México. Para hacerlo se han escogido las siguientes variables: por un lado pondremos énfasis en las rebeliones, en las formas de la resistencia popular. O sea se tendrán en cuenta tanto las revueltas armadas como las rebeliones y formas de resistencia más "cotidianas". Lo mismo sucederá con la esclavitud, si bien el único caso de una rebelión netamente esclava que triunfó mediante el uso de las armas fue Haití, se tomarán en cuenta las participaciones de los esclavos en revueltas, motines, etc. como así también se atenderá a las formas pasivas de rebelarse, tanto de esclavos como de no esclavos. No sin referiremos al debate sobre su rol decisivo o no de en la abolición del régimen que los oprimía.La otra variable que analizaremos es la de la transición al capitalismo. Este tema es indisociable del rol "civilizador"(auto adjudicado por cierto) del nuevo estado liberal, su intento, entre otras cosas, de modernizar la situación de la mano de obra (de proletarizarla) y avanzar hacia la consolidación de la propiedad privada. Para analizar las variables anteriores, nos moveremos dentro de un marco temporal que abarcaría desde la década del 30 del siglo XIX hasta principios del siglo XX. También intentaremos por todos los medios posibles evitar cosas tales como el maniqueísmo y el anacronismo; ya que el objetivo de estas líneas es presentar comparaciones que sirvan para entender mejor los casos particulares, todo esto de la manera más objetiva posible. También cabe aclarar que las variables seleccionadas son sólo un recorte parcial y que de ninguna manera en este trabajo se niega la interconexión real entre todas ellas. Pero también creemos que analizándolas como un todo, quedaríamos atrapados en una maraña de difícil solución. Es por eso que decidimos estudiar ambos grupos de variables por separado.Por razones de espacio, no se profundizaran aquí las similitudes y diferencias más obvias (estructurales si se quiere) que estas cuatro sociedades presentan entre sí. Sólo se limitará, este estudio, a señalar cosas tales como que Brasil y Cuba son lugares donde ha predominado la mano de obra esclava. Tanto México como Perú, son(o fueron mejor dicho) a juicio personal, los dos bastiones más importantes del imperio español en América. Durante todo el período colonial (y buena parte del período independiente), si bien existe la esclavitud, el grueso de la mano de obra era obtenido de los indígenas locales. Otra diferencia, quizá la más sobresaliente, es que el Brasil fue durante la mayoría de su historia una colonia portuguesa. El caso de Brasil es aquel en donde el proceso de independencia es el más lineal y donde se observa una clara continuación del régimen monárquico. Por eso la república era vista como un sistema que propiciaba el desorden y la atomización del poder (el imperio de Brasil veía casi horrorizado el caso de las guerras civiles argentinas).
2. Algunas formas de resistencia popular.
Comenzaremos analizando el caso de México, el cual es muy interesante ya que tenemos ejemplos de los dos tipos de resistencia (las rebeliones armadas y los tipos de resistencia cotidianas). Un ejemplo de rebelión armada fue la denominada guerra de castas, que llegó a su clímax entre 1847 y 1853. La reacción violenta de los campesinos mayas al ver deteriorada su "economía moral", fue desatada en parte por un conflicto interno de la burguesía terrateniente; unos eran partidarios del separatismo al estilo texano y otros defendían el centralismo. Ambos bandos armaron a los campesinos mayas con el fin de utilizarlos para sus propias causas, pero una vez armados fue prácticamente imposible controlarlos. El conflicto se dio en las regiones del norte de Yucatán (los actuales estados mexicanos de Quintana Roo y Yucatán.).Algunos mayas del noroeste de la península de permanecieron leales a los hacendados locales y lucharon en su favor contra sus hermanos del noreste. Cave destacar, también, que muchos soldados blancos y mestizos se pasaron al bando de los mayas debido a su precaria situación, es decir inadecuado abastecimiento de equipamiento y armas. Cronológicamente, este conflicto coincidió con la guerra entre México y estados unidos. Los mayas podían conseguir armamento con mucha más facilidad. Al sur de Yucatán se encontraban las posesiones británicas en Honduras (el actual Belice), que contaban con un puerto, desde donde partían comerciantes interesados en vender rifles ingleses a los mayas.(1) La situación no fue totalmente controlada por el estado hasta los primeros años del siglo veinte. Durante todo esos años se mezclaron motivaciones económicas (expansión del cultivo de henequén, y su consecuente amenaza a las tierras comunales), motivaciones de tipo étnica (es decir la aversión hacia todo lo que no sea indio) y religiosas (el culto a la cruz parlante). Las primeras y segundas motivaciones serían indisociables, ya que la mayoría de los responsables del malestar Maya eran hombres blancos; hombre blanco era sinónimo de opresión. Aunque es interesante destacar que éste radicalismo no excluía la posibilidad de diálogo con el hombre blanco, además estos también fueron aceptados en las tropas rebeldes. Y también fueron los hombres blancos los que violaron más reiteradamente los pactos convenidos.Dentro del mismo México el caso que contrasta con lo expuesto anteriormente, es el caso de los peones acasillados en las haciendas henequeneras del mismo Yucatán. Para controlar a sus peones las grandes haciendas henequeneras utilizaron básicamente tres mecanismos; el aislamiento (los peones, bajo ningún concepto, podían salir de la hacienda sin autorización de su patrón), coerción (era utilizada de manera muy versátil, se oscilaba entre los castigos físicos ejemplares a la simple amenaza del uso de la fuerza), seguridad (a pesar del endeudamiento de por vida y de los ocasionales castigos físicos, es una realidad que el estar sometido en las haciendas proporcionaba una segura subsistencia para el peón y para su grupo familiar). Según algunos observadores contemporáneos, los peones eran "dóciles" y "sumisos". Sin embargo Joseph y Wells afirman taxativamente que no se podía privar totalmente a los peones acasillados de recursos para protestar. Estos recursos de protesta son los siguientes; pequeños actos de incumplimiento en beneficio propio, tortuguismo, zafase del trabajo o fugarse. O a lo sumo podían llegar a realizar robos sabotajes e incendios. Esto es así porque, como muy acertadamente aducen los autores, los peones mayas eran conscientes que revelarse violentamente o intentar derribar el sistema, era prácticamente el suicidio. Esto último, pero en sentido literal, es lo que se daba muy a menudo entre los peones mayas. Ellos atribuían un significado mítico a suicidarse colgándose de la rama de un árbol. (2) Para el caso de Brasil, vemos una forma de resistencia que se acerca más a la de los peones henequeneros. Si bien no existió en Brasil una insurrección al estilo haitiano, eran muy frecuentes los tipos de resistencia cotidianas arriba mencionados. Pero además los esclavos gozaban de una ventaja con respecto a los peones de las haciendas henequeneras, estos últimos estaban casi imposibilitados de huir debido a los fuertes controles ejercidos por los patrones del estado, sin mencionar que el hecho de escapar podía significar incluso la posibilidad de no poder subsistir.(3) En cambio los esclavos de Brasil podían fugarse y establecerse en los denominados "quilombos" (nombre que se le dio al lugar donde moraban los esclavos fugitivos). Es necesario aclarar que no se puede ser taxativo, aquí lo que destacamos es lo que prevalece, es evidente que en todas las sociedades analizadas aquí se han dado casos violentos donde los esclavos han hecho "justicia" por mano propia asesinando a sus amos y/o capataces (4). Con el fin de la esclavitud en 1888, no se logró (incluso hasta hoy en día) abolir el racismo y los prejuicios étnicos a pesar del "color ausente" en los documentos oficiales. Si bien lo mencionado anteriormente no deja de ser cierto, con la abolición del esclavitud los ahora libertos vieron mejorada su situación y aumentaron considerablemente su margen de maniobra y negociación. De ahí se colige que tanto los ex propietarios como los antiguos líderes abolicionistas consideraran que estaban "a merced de los libertos, que transformaban las haciendas en permanentes fiestas" (5) Por el lado de Cuba, se encuentran similitudes con otros casos típicos de Latinoamérica. Donde las diversas facciones de la élite "arman" a las clases populares con el fin de preservar su poder o de imponer sus ideas al resto de la élite. Lo que usualmente suele suceder es que una vez armados, los sectores populares van tomando cada vez un índice más alto de autonomía. (Por ejemplo, en el caso de la guerra del pacífico los campesinos de las tierras altas comenzaron paulatinamente a desobedecer a las autoridades que pretendían comandar la resistencia contra el invasor chileno. También hemos visto como forjaban distintas alianzas para favorecer sus intereses.) (6). Esto se dio, en Cuba luego del conocido grito de Yara, donde un terrateniente llamado Céspedes libertó a sus esclavos y los exhortó a luchar por la independencia y la libertad. Con esto comenzó un gran movimiento independentista en la parte oriental de Cuba. A pesar que algunos hombres de color llegaron ostentar grados militares altos, como teniente coronel o coronel, los libertos debían seguir trabajando en sus antiguos puestos o servir a la patria de la manera que los líderes de la revolución lo indicasen. Pero los ex esclavos poseían sus propias ideas de cómo servir mejor a la causa.(7) De lo anterior se colige que los libertados comenzaron a verse a sí mismos como personas, por eso es que eran muy frecuentes las fugas de sus puestos; "no conviene que usted sea muy crédulo (Riera se quejaba con uno de sus jefes) con ésa clase de gente que se llama libertados... no hay respeto y se creen que pueden marcharse donde les da la gana. Saben ahí se pasan la vida mansa y se fugan del trabajo marchándose a ese punto" (8). Los esclavos huidos de su lugar de trabajo o los libertos que desertaban del ejército rebelde se recluían en los denominados palenques (análogos a los quilombos brasileños). Estos palenques tenían un significativo grado de autonomía, el gobierno revolucionario les otorgó la libertad y los exhortó a unirse a la causa revolucionaria, o al menos a que pasasen información sobre el movimiento de las tropas rivales. Finalmente, 1878, se firmó la Paz de Zanjón, que estipulaba que la esclavitud sería abolida y se prometía una mayor autonomía a la isla por parte de las autoridades españolas. Pasemos ahora a dar algunas precisiones sobre el caso peruano, el endémico bandolerismo de Lima durante la época colonial aumentó notablemente con la independencia. Las causas de esta criminalidad son las siguientes; debilidad del estado, crisis económica, deterioro del esclavitud, y las constantes guerras civiles. Aquí sólo nos limitaremos analizar el rol de los esclavos fugados dentro del bandolerismo y también pondremos énfasis en el posible rol político de los bandoleros. Al huir de sus lugares de trabajo, los esclavos tenían pocas opciones. Entre ellas la de convertirse en bandoleros. Consecuentemente debemos poner en claro que estos bandoleros no se asemejaban a un "Robin Hood. (9) No gozaban de la simpatía del resto de los grupos populares, si bien es cierto que la mayoría de sus victimas eran los ricos, esto no se debe a una filantropía hacia los pobres. Sino que a los ricos se les podía arrebatar un botín mayor. También debemos agregar que muchos ex esclavos, una vez unidos a los bandoleros, no consideraron una mala opción perpetraron una "vendetta" contra sus antiguos explotadores.(10) Los políticos liberales, sin llegar a ser radicales (más bien liberales “doctrinarios), y sólo en última instancia movilizaban a las clases populares como factor de desestabilización del orden conservador. Un periódico conservador de la época llamado El peruano afirmaba que los liberales son los que "encienden la hoguera revolucionaria en el populacho ignorante... no faltará algún miserable de esos escritorzuelos que justifique este acto, llamándolo "expresión de la voluntad nacional", como si el grito del ebrio, del asesino, del vago, del esclavo, de los seres más despreciables fuese conforme a los sentimientos de los peruanos." (11) Tanto liberales como bandoleros tenía la intención de derrotar a los conservadores, como bien aclara Aguirre, por motivos muy distintos. Es dudoso que estos bandoleros hayan tenido en mente un proyecto político y social alternativo. Es significativo no pasar por alto el hecho de que con la independencia del Perú, la composición étnica de los bandoleros (mayoritariamente castas) se ha modificado con la creciente inclusión de negros fugados, esto indica un aumento de la resistencia por parte de los esclavos y un deterioro en los medios coercitivos del estado (bajaron los niveles de estatidad) (12) y de la clase dominante de los hacendados. Como señala Carlos Aguirre, los esclavos en Perú no fueron rebeldes permanentes ni tampoco satisfechas víctimas de su destino. Este autor también nos habla de las formas cotidianas de resistencia(es decir pasivas) y de forma más violentas tanto individual como colectivamente (formas activadas de resistencia). (13) Los esclavos apelaban a ellas dependiendo siempre de contexto e intentan aprovechar mejor las herramientas a su alcance. En la ciudad de Lima hacia el año 1820 sólo el 15, 87% de la población era esclava. Muy lejos del 25, 6% de finales del siglo XVIII. Llegado este punto es necesario manifestar nuestro disenso para con Aguirre, el arguye que "no es enteramente correcto tipificar el cimarronaje y el bandolerismo como válvulas de escape de las tensiones sociales". Esto es parcialmente cierto, sólo parcialmente, debido a que el cimarronaje sí constituye una válvula de escape y una efectiva forma la resistencia propia del esclavitud; desde los esclavos de la antigua Roma hasta los del período analizado, es decir la fuga y la denominada resistencia pasiva son factores estructurales de la resistencia esclava. Si bien no es la única forma, podemos sostener que ha sido la más común. Las insurrecciones armadas que intentaron atacar de frente el sistema como el caso de Haití y el de la rebelión de Espartaco (aunque, atención, el no pretendía terminar con el sistema esclavista, lo que quería era esclavizar a sus propios amos. Es decir invertir la situación. ) (14) fueron pocos. Lo que no es tan infrecuente es el desbocamiento y la autonomización de sectores populares armados en un primer momento por las élites, que luego comienzan a actuar con distintos grados de insubordinación a sus líderes originales y persiguen sus intereses tejiendo y destejiendo alianzas de acuerdo a su propia conveniencia.
2. a. A modo de conclusión.
Con respecto a esclavitud existe un debate. Algunos autores, como Aguirre, sostienen que las élites ya no podían controlar la situación, las frecuentes fugas, y la insubordinación de sus esclavos. Y que sería por este motivo principalmente que los gobiernos tomaron la decisión de abolir la esclavitud. (Aguirre). En cambio otros autores como Cardoso, señalan que si bien lo anterior no deja de ser cierto, la abolición de la esclavitud se debe más a las ideas del momento(o sea liberales) y a la búsqueda de la creación de un mercado nacional. Todo esto en pos de una modernización tanto económica como política de la sociedad. (15) En el presente trabajo se está más cerca de coincidir con Cardoso. Como se dijo antes la resistencia esclava fue casi universal a lo largo de la historia, y es sólo en coyunturas desfavorables al sistema esclavista donde la presión y la resistencia de los propios esclavos entra a jugar un factor no decisivo pero sí importante. En el caso de Latinoamérica con las respectivas aboliciones de la trata de esclavos, la dificultad del crecimiento vegetativo entre estos y las nuevas ideas liberales que paulatinamente van arrinconando a las ideas tradicionales y más conservadoras, comenzaron a pesar más las fugas, los suicidios y los boicots de los esclavos. En tiempos de auge de la trata, las anteriores circunstancias hubiesen pasado desapercibidas. Con respecto a la mano de obra no esclava, como el caso de los peones henequeneros que analizamos aquí, de forma más o menos consciente según las circunstancias, reaccionaron de diversas maneras cuando vieron avasallada su idea de justicia. En otros casos como en Cuba existía también esa resistencia cotidiana similar a la de los peones de Yucatán, con la diferencia que aquí los esclavos fueron movilizados y organizados por parte de la élite. Pero no se comportaron como esa élite hubiese pretendido. Aquí como en Brasil, los esclavos fueron tomando conciencia de que ya eran hombres libres e intentaron aprovechar su movilidad al máximo. Con el fin de la esclavitud no se terminaron los prejuicios raciales ni los ex esclavos se transformaron automáticamente en ciudadanos iguales. Como afirma Ferrer, seguían existiendo barreras conceptuales entre los grupos; los "cubanos" y otro compuesto por los "negros" que no eran exactamente cubanos. (16) También en el Brasil, a pesar que la esclavitud ya no existía, algunos sectores veían a los negros ya no como esclavos, pero pretendían que los nuevos libres sean altamente subordinados a los antiguos propietarios; "los negros quieren ya imponer los trabajos que deben realizar, el horario y todo lo que les parezca.” (17)
3. Transición al capitalismo.
Para que se tomasen las mencionadas medidas liberales, es necesario que el estado adquiera un alto nivel de atributos (es decir "estatidad"). Esta estatidad de la que habla Oszlak, estaría lograda en la medida que el gobierno central tenga la posibilidad de intervenir y regular las relaciones sociales. Para esto es necesaria una infraestructura y una legitimidad, aunque sea en grado modesto, popular. Se hace difícil, por lo tanto, hacer un análisis profundo de estas cuestiones en la segunda mitad del siglo XIX. Ya que aún hoy algunos estados están prácticamente ausentes en regiones marginales dentro de sus territorios. Por ejemplo en Colombia gran parte del territorio está dominado por la guerrilla autodenominada FARC. En Brasil grandes territorios de Amazonia escapan al control del estado. En México el estado de Chiapas también es un foco guerrillero importante. Por el lado de Cuba podemos decir, que comparando la con las otras tres sociedades, existe un desfasaje temporal muy pronunciado. Ya que logró su independencia recién en 1898, mientras que los otros tres estados se independizaron en la década del 20 del siglo XIX. Por lo expuesto es que se hace prácticamente imposible operar con esquemas generales (18) y con conceptos abstractos como los que propone Oszlak para el análisis del estado.Utilizando una escala de análisis global, podemos decir que tanto las ideas de la Revolución Francesa y la creciente industrialización de Inglaterra y algunas otras potencias extranjeras (Alemania y Francia), son las que enmarcan la transición al capitalismo y a un estado liberal en América Latina. También, a grandes rasgos, podemos afirmar (pese a lo expuesto más arriba) que en contraste con el auge de los poderes locales y la precaria existencia (o ausencia total) de poderes centrales, podemos observar que lentamente los estados centrales van adquiriendo poder paulatinamente en la segunda mitad del siglo XIX. Esta generalización excluye a Cuba, que se independizo en1898 con ayuda del gobierno estadounidense. El 10 de diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París, acuerdo que puso fin al conflicto y que significó la renuncia de España a la soberanía sobre Cuba. Un gobierno militar estadounidense administró la isla hasta el 20 de mayo de 1902, cuando la República de Cuba se instauró formalmente bajo la presidencia de Palma. Sin embargo, hasta la revolución cubana de mediados del XIX, los Estados Unidos fueron prácticamente los dueños de la isla.Coincidimos con Cardoso cuando éste afirma que las reformas liberales son las que posibilitaron la transición al capitalismo en América latina (19) . En toda Latinoamérica se tomaron medidas contra las tierras comunales, eran vistas como símbolos del arcaísmo y el atraso por los intelectuales liberales. En el caso de México esta forma de tenencia de tierra fue abolida casi en su totalidad por el estado, mientras que en Perú y Bolivia los tenentes de estas tierras lograron una más férrea resistencia, además los estados de dichos países poseía menos poder infraestructural, menos estatidad. En México, en la segunda mitad del siglo XIX, se nacionalizaron los bienes del clero y se apropiaron (no sin resistencia) de las tierras comunales indígenas. Se comenzaron a construir líneas férreas que agilizaran el comercio con los Estados Unidos, también se tomaron ciertas medidas financieras como una legislación monetaria y aduanera. También se intentó controlar a la población rural mediante la aplicación de leyes contra la vagancia junto con la creación de una policía federal y de unas milicias rurales para controlar esas zonas. Con todo esto lanzaron a comuneros indígenas al incipiente mercado de trabajo. (20) El Perú se caracterizó por una fenomenal inestabilidad. Lo más similar a una reforma liberal fue llevado a cabo bajo el gobierno de Castilla (1845-1862), quien suprimió los mayorazgos (Consistía en la separación de ciertos bienes que se convertían en inalienables dentro de una familia por orden sucesorio habitualmente basado en la primogenitura) y los fueros de la iglesia. También se pone fin a la esclavitud en un contexto altamente desfavorable para el sistema (ver supra) y acaba con el tributo indígena. (21) Estas medidas cambiaron muy poco la situación en el Perú. Este país denota atraso y arcaísmo comparado con otros estados de la región. Si bien se abolió la esclavitud y se invirtió en algunos ferrocarriles, esto no contribuyó a mejorar la situación de los trabajadores, ya que fueron importados “semi-esclavos” chinos. En cuanto a lo económico, el auge exportador de guano y las relativas mejoras en el transporte terrestre sólo acentuaron más aún la desigualdad existente. En el Brasil, tampoco el fin de la esclavitud significó automáticamente la transformación hacia una mano de obra libre asalariada. Para seguir con los cultivos de café se fomento la migración europea. El colono debía cuidar de los cafetos, a cambio recibiría una suma fija en dinero, además estaba autorizado a realizar cultivos de subsistencia.
3. a. A modo de conclusión.
"La transición al capitalismo periférico plenamente caracterizada se dio allí donde una clase dominante emergente (o fracciones progresivas de la clase dominante), potencialmente capaz de organizar alrededor suyo una economía nacional más dinámica para responder a las demandas crecientes de productos primarios en el mercado mundial, pudo romper previamente la resistencia de estructuras, intereses y actitudes heredados de la colonia, o fue capaz de controlar un proceso de poblamiento de ocupación agrícola de una región vacía.".(22) Vale largamente la pena citar la elocuencia de las palabras de Cardoso. Vemos que los casos que mejor se encaminan a cumplir de manera más acabada la transición al capitalismo son México y Brasil. Ya que el Perú, al menos en el arco cronológico manejado en éste trabajo, no ha logrado organizar una economía nacional y no pudo quebrar las resistencias interiores. Sólo ha logrado introducir productos como el guano en el mercado internacional, pero todo ello en un clima de desorden político, inestabilidad institucional y sin lograr al menos un mínimo de conciencia patriótica en su población. Además nunca se ha dejado de recordar, con melancolía el pasado colonial.En todos los casos, como ya se dijo, no se llegó a constituir un proletariado moderno hasta entrado el siglo veinte. Gracias a las guerras, tanto México como Brasil consiguieron finalmente crear una conciencia nacional antes de comenzar el siglo veinte. Incluso Cuba lo logró durante la guerra de los diez años. En cambio el Perú, ni siquiera al enfrentar la guerra del pacífico en el último cuarto del siglo XIX logró que su población se movilice por la patria (23) . Si bien resistieron al invasor chileno, fueron más movidos más por intereses personales que por los intereses nacionales.No es de sorprender este no apego al estado por parte de la población que se vivió con mayor o menor intensidad, y perduró más o menos tiempo en toda América Latina. Ya que la mayoría de los liberales veía en los indios, castas, ex esclavos, etc. no más que una horda ignorante y embrutecida. La cual no sería apta para ejercer una libertad más democrática.(24) De todo lo anterior se colige, muy a pesar del nacionalismo chovinista argentino, que tanto el Brasil como México podrían ostentar, a pesar de sus deficiencias, el título de “tigres latinoamericanos”.
NOTAS. 1.Reyna, L. Las rebeliones campesinas en México (1819-1906), México, Siglo XXI, 1986. 2.Joseph, G. y Wells, A. El monocultivo henequenero y sus contradicciones: estructura de dominación y formas de resistencia en las haciendas yucataneas a fines del porfiriato, en Siglo XXI, (s/d) Se decía popularmente con respecto a la posibilidad de huir que “Dios es grande, pero la selva es más grande.” 3.Izecksohn, V. “La guardia nacional y la expansión del reclutamiento militar en Brasil durante la guerra de la triple alianza”, en Waldo Ansaldi, (coordinador), Calidoscopio latinoamericano. Imágenes históricas para un debate vigente, Buenos Aires, Ariel, 2004. 4.Mattos de Castro, H. “El color inexistente. Relaciones raciales y trabajo rural en Rió de Janeiro tras la abolición de la esclavitud”, en Historia social, Nº22, 1995. 5.Ver Bonilla, H. “El campesinado indigena y el Perú en el contexto de la guerra con Chile”, en Stern, S. (comp.), Resistencia, rebelión y conciencia campesina en los andes. Siglos XVII al XX, 1990, III. 6.Mallon, F. “Coaliciones nacionalistas y anti-estatales en la guerra del pacifico. Junín y Cajamarca, 1879-1902”, en Stern, S. (comp.), Resistencia, rebelión y conciencia campesina en los andes. Siglos XVII al XX, 1990, III. 7.Scott, R. La emancipación de los esclavos en Cuba: la transición al trabajo libre, 1860-1899. México, FCE, 1989. 8.Ferrer, A. “Esclavitud, ciudadanía y los limites de la nacionalidad cubana: la guerra de los diez años, 1868-1878, en Historia Social, Nº 22, 1995, pp. 117. 9.Aguirre, C. “Cimarronaje, bandolerismo, y desintegración esclavista. Lima 1821-1854.”, en Aguirre, C. y Walker, C. (comp), Bandoleros, abigeos, y montoneros. Criminalidad y violencia en el Perú, siglos XVII-XX, Lima, Pasado Y presente/Instituto de apoyo agrario, 1990, pp. 166. 10.Idem. Pp. 166. 11.Walker, C. “Cimarronaje, bandolerismo, y desintegración esclavista. Lima 1821-1854.”, en Aguirre, C. y Walker, C. (comp), Bandoleros, abigeos, y montoneros. Criminalidad y violencia en el Perú, siglos XVII-XX, Lima, Pasado Y presente/Instituto de apoyo agrario, 1990, pp 112. 12.Oslak, O. Formación histórica del estado en América latina: elementos teórico-metodológicos para su estudio,B.s. A.s, Cedes, 1984. 13.Aguirre, C. op. Cit. 14.Bravo, G., Historia del mundo antiguo. Una introducción crítica, Madrid, Alianza, 1995. 15.Cardoso, C y Pérez Brignoli, H. Historia de América Latina, 2. economías de exportación y desarrollo capitalista, Barcelona, Crítica, 1979. 16.Ferre, A. op. Cit. Pp. 123 17.Mattos de Castro, H. op. Cit. pp .92 18.Por ejemplo la famosa tesis Hroch. 19.Caroso, C. op. Cit, pp.29 20.Cardoso, C. op. Cit. Pp. 32-36 21.Cardoso, C. op. Cit. Pp. 47-50.
22.Cardoso, C. op. Cit. Pp. 93 23.No ha superado en el arco cronológico del presente trabajo la segunda fase de la tesis Hroch, en la cual surge una elite que intenta movilizar a la nación. Solo cuando estas elites logran crear conciencia nacional se entra en una tercera y ultima etapa. Ver Hobsbawn, E. Naciones y nacionalismos desde 1780. 24.Halperín Donghi, T. Reforma y disolución de los imperios ibéricos. Madrid, Alianza, 198
AUTOR: EMILIO TOMASSINI